La noche de ayer era tan cristalina que podíamos ver el cinturón de Orión reflejado en el mar. El reflejo de las estrellas y la fosforescencia provocada por el barco llenaba de vida y luz la superficie del mar. Qué hermoso pasar la noche en la cubierta reflexionando tranquilamente bajo el despejado cielo nocturno.

Al amanecer, se había levantado más viento del norte. No podía mantenerme en cama cuando sentí el cambio. Finalmente fue la ocasión para detener el motor y dejar que las velas del Zaytouna nos hicieran atravesar volando el Mediterráneo. Esa es una maravillosa sensación. Así que hemos estado navegando todo el día y tenemos intención de navegar por la noche.

Gaza, estamos cada vez más cerca y Zaytouna ha extendido sus alas blancas.

2 de Octubre.