Escritoras de http://wearenotnumbers.org explican la importancia del mar para todxs lxs palestinxs de Gaza, y por qué las flotillas son una importante fuente de esperanza, incluso si no consiguen llegar.
En gaza, el mar es una joya. Lo que más me gusta del mar es la sensación de libertad e infinitud. Nadie puede controlar el mar y parece que no tiene fin. El mar es uno de los pocos lugares en Gaza donde todos podemos ir a pasar unas horas de alegría. Cuando me invaden malos pensamientos, voy al mar y dejo que se ahoguen. Pero el mar también nos recuerda que estamos en una prisión. Los buques de guerra con misiles han surcado sus aguas tres veces. Detrás de cada granito de arena se esconde una historia de un misil y un niño muerto junto con su juguete – asesinado en una de las guerras de Gaza. Detrás de cada gota de agua se esconde una historia sobre el barco destrozado de un pescador herido, “daño colateral” según las resoluciones de Israel que tienen como objetivo suprimir nuestra capacidad para ganarnos la vida. Si nuestros pescadores, o cualquier otra persona, navegan de tres a seis millas más allá de la costa, se arriesgan a que les disparen o a que les confisquen sus redes, sus herramientas y sus barcos. Ni siquiera se nos permite importar fibra de vidrio para reparar los barcos. Este es el mundo de la corrupción y la opresión en el que nos despertamos cada día y me pregunto cómo se supone que debemos sobrevivir en un mundo tan absurdo dirigido por hombres dementes a los que todos nosotros debemos obedecer. Pero entonces recuerdo que hay gente alrededor del mundo que nos apoya y que se niega a obedecer, quienes escuchan la llamada de nuestro mar y de nuestras almas sedientas de libertad. Entre los que nos apoyan, se encuentran las mujeres que navegan en los dos barcos en dirección a Gaza, el Amal-Hope y el Zaytouna-Oliva. Amal simboliza la esperanza que encontramos al saber que no nos olvidan y en el hecho de que arriesgan su vida por nosotros. Zaytouna es el olivo sagrado, árbol de la vida en Palestina. Es cierto que otros barcos han intentado romper el bloqueo anteriormente y desde 2008 Israel los ha asediado y ha tomado a cada uno de sus tripulantes como prisioneros. Algunos dicen que deberían darse por rendidos. Aguantamos el dolor de la ocupación porque tenemos que creer que algún día recuperaremos nuestra libertad, así como nuestro mar se niega a dejar de besar las costas independientemente de cuántas veces lo aleje la marea. Espero que Mujeres Rumbo a Gaza logren besar nuestra costa, aunque saber que están ahí fuera es suficiente.